13 de septiembre de 2014

EDITORIAL

EDITORIAL

Septiembre es el mes de inicio de la primavera en nuestro continente. Hay árboles que generosamente florecen en invierno, pero ya también se están adelantando a  derramar su fragancia y su colorido los que florecen en primavera.
Son diversas las primaveras que estamos viviendo. La primavera de la Iglesia, abriéndose a un estilo más cercano, acogedor, inclusivo, donde la figura de Jesús es central y algunas hermanas nos comparten  cómo a través de  círculos bíblicos  la fe en Jesús de Nazaret se está renovando.
                La alegría de compartir la Fe con los adultos  y el contar con herramientas nuevas para sanar heridas y sacar a la luz nuestras potencialidades, en favor de la vida y la felicidad, son flores ofrecidas a los lectores para que la vida fluya.
                Las transmisiones del Capítulo General, se han vivido con mucha hondura y sus frutos se van percibiendo trayendo más compromiso de miembros, empeño por tender puentes de comunión, y éxodos que aligeran nuestro equipaje y nos permiten participar de nuevas realidades.
                Ser misionera no es fácil, lo han experimentado varias que nos comparten sus vivencias, pero el Señor no abandona a las que se entregan a su amor y al final el fruto es la paz y la alegría.
                Celebrar la vida compartida es de personas bien agradecidas, los 50 años de la  presencia del Carisma en Paraguay, el Jubileo de la escuela en la que Rubeni  entrega su amor y sus energías, el gozo del reciclado donde Jhon Marino pone su creatividad y su amor por los pobres, son flores de rico aroma que descansan el espíritu.
                Las Seculares crecen en número, el Monasterio ahonda sus raíces en la cultura, los Asociados contagian con entusiasmo el Carisma. Juntos: Asociados, Seculares, Contemplativas y Apostólicas todos tejiendo la trama de la Comunión, aportando la riqueza  de lo diferente. “La belleza de la trama le viene de lo complejo” dice una canción, y así vamos tejiendo la vida , acogiendo también los hilos a veces grises de los dolores, las despedidas, el final del peregrinar de personas amadas, que nos ubican en situación de Fe  y de Esperanza “porque en el mundo del Espíritu solo hay Encuentros nunca despedidas”!(1) y ellos ya viven en la Plena Luz y desde allí iluminan nuestros pasos.

( 1.k.Gibrán)
               
              Setembro é o mês de início da primavera em nosso continente. Há árvores que, geneosamente, florescem no inverno, mas já estão se adiantando a derramar seu perfume e seu colorido as que florescem na primavera.
                São diversas as primaveras que estamos vivendo. A primavera da Igreja, abrindo-se a um novo estilo, mais próximo, inclusivo, onde a figura de Jesus é central.  Algumas irmãs compartilham como, por meio de círculos bíblicos, a fé em Jesus de Nazaré está se renovando.
                A alegría de partilhar a Fé com os adultos e de contar com ferramentas novas para curar feridas e trazer à luz nossas potencialidades, em favor da vida e da felicidade, são flores oferecidas aos leitores para que a vida flua.
                As transmissões do Capítulo Geral foram vividas com muita profundidade e seus frutos vão sendo percebidos, trazendo mais compromisso de membros, empenho por estender pontes de comunhão e êxodos que aliviam nossa equipagem e permitem que participemos de novas realidades.
                Ser missionária não é fácil. Várias que compartilham sua experiencia, experimentaram isso, mas, o Senhor não bandona as que se entregam a seu amor e, no final, o fruto é a paz e a alegría.
                Celebrar a vida compartilhada é coisa de pessoas bem agradecidas. Os 50 anos da presença do Carisma no Paraguai, o Jubileu da escola onde Rubeni entrega seu amor pelos pobres, são flores de agradável perfume que descansam o espírito.
                As Seculares crescem em número, o Mosteiro aprofunda suas raízes na cultura, os Associados contagiam com entusiasmo o Carisma. Juntos: Associados, Seculares, Contemplativas e Apostólicas, todos tecendo a trama da Comunhão, aportando a riqueza do diferente. “A beleza da trama vem da complexidade” – diz uma canção. E assim, vamos tecendo a vida, acolhendo também os sianis, às vezes, cinza, das dores, das despedidas, o final da peregrinação de pessoas amadas, que nos situam no lugar da Fé e da Esperança “porque no mundo do Espírito só há Encontros, nunca despedidas”! (1) e elas já vivem na Plena Luz e, desde aí, iluminam nossos passos.

(1.K.Gibrán)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

***