6 de septiembre de 2014

Despertar LA Bella Durmiente

Despertar la Bella Durmiente

Ana María compartilha sua experiência em TCP, uma proposta de ferramenta que permite o conhecimento pessoal, auto-estima saudável, permitindo o fluxo da vida, para descobrir as nossas qualidades mais valiosas.

            En el mes de julio participé en el Taller de Crecimiento Personal (TCP) un taller psico-espiritual que dura 10 días. La metodología empleada es la formación teórica, la reflexión personal, el trabajo en grupos y la convivencia, además del acompañamiento del equipo. 
           
            Como en todo taller, los participantes aprendemos a usar herramientas que nos capacitan y ayudan a limpiar nuestra propia herida y potenciar el manantial interior. Seguimos el libro del jesuita guatemalteco Carlos Cabarrús, “Crecer bebiendo del propio pozo” 

            Lo que se busca en este taller es que cada persona descubra en lo más profundo de sí, el enorme caudal de vida que posee, y que desde allí descubra que en ese manantial siempre ha estado el Dios verdadero, “el Agua Viva”, la imagen del Dios que Jesús nos regaló casi incesantemente. Un Dios que es que nos sana, nos potencia y nos invita a participar también de la “redención del género humano y de la tierra”, y a trabajar  por su REINO.
           
            En esta oportunidad quería acercarles una herramienta que nos puede ayudar a crecer personalmente. Estamos acostumbrados a escuchar que lo que vemos de negativo en los otros es porque también lo tenemos nosotros/a. En el Taller nos han ayudado a descubrir que, también lo valioso que vemos en los demás está en nosotras/os.

            Para  crecer en una sana autoestima necesitamos descubrir nuestro potencial interior, para hablar de este potencial nos pueden ayudar las figuras del pozo y el manantial, o la de un árbol. La figura del árbol nos ayuda a describir mejor las cualidades. Ésta imagen nos ofrece los tres tipos de cualidades que conforman nuestro potencial: evidencias, certezas y presentimientos.
           
            Las evidencias son las raíces, son aquellas cualidades que nunca desaparecen, sino que nos hacen salir adelante en los peores momentos. Estamos tan acostumbradas/os a ellas que no nos damos cuenta (como las raíces de un árbol que no se ven) pero que nos sostienen y nos hacen salir adelante en los momentos más difíciles.
           
            Las certezas son el tronco y las ramas; son cualidades que siempre están pero que a veces se oscurecen, dejan de notarse en los momentos difíciles. Las certezas son cualidades que se sienten, de las que estamos seguras/os, pero no podemos apoyarnos siempre en ellas, porque como las ramas, se cortan en los momentos de dificultad, de crisis.
                       
            Los presentimientos son las hojas, son las cualidades en potencia o semillas. Son aquellas que sé que tengo porque me las han dicho. Las ven los otros pero pocas veces las tenemos en cuenta. Lo que me dicen, lo que sé pero no siento. Por eso tampoco es posible apoyarse en ellas.
           
            En el camino de crecimiento de nuestro potencial interior, es bueno ir haciéndonos cada vez más consientes de nuestras cualidades: transformar aquellas que me dicen que tengo en certezas y éstas, en evidencia.
           
            Para ayudarnos en este camino de crecimiento interior existe una herramienta que se llama “Despertar la Bella Durmiente”. No es posible reconocer en los otros cualidades que no estén en una/o misma/o. Esa cualidad que descubro en una compañera/o y me llama la atención, es por lo menos una semilla en mí, aunque no me dé cuenta, aunque no sea capaz de reconocerla, aunque no sea consciente de ella, yo soy también así como puedo describir a los demás. En otras palabras aquellas cualidades que veo en los otros, también me pertenecen a mí, aunque a veces no las pueda reconocer. La propuesta es “despertar la/el  bella/o durmiente” con un ejercicio muy simple:

-          Pensar en las personas con las que habitualmente me relaciono.
-          Hacer una lista de las cualidades que descubro en estas personas (cualidades del ser, no físicas)
-          Poder escribirlas y decirlas en voz alta pero anteponiendo la palabra “yo soy…”

            Aquellas cualidades que se repiten mucho, son muy propias, tiene que ver con nuestro potencial interior, aquellas que al decirlas en voz alta y que me cuesta reconocerlas en mí, son cualidades en semilla, en crecimiento, aún no se transformaron en certezas.
           
            Quiero agradecer la posibilidad que me brindó el Instituto de participar en este Taller, que me ayudó a descubrir donde están mis potencialidades para poder ponerlas al servicio de la vida, y a comprender que el compromiso con el crecimiento personal, es un proceso continuo, que sólo es posible si se nutre con el agua del propio pozo, el agua que nace del manantial interior.


Ana María Alvarez
Buenos Aires


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