EXPERIENCIA DE MI PARTICIPACION EN EL PAF 2012 ICE/CEFAS GUATEMALA
Muy querida hermanas, después de estar cuatro meses en Guatemala realizando el PAF 2.012 (Programa de Acompañamiento a Formadores), ya en mi comunidad, de regreso, quiero compartir con ustedes lo que fue para mí esta rica experiencia para mi vida como mujer, como hermana, y como Hermana de la Sagrada Familia.
Durante mucho tiempo estuve buscando hacer algo que me ayudara a recobrar el encanto y pasión por Jesús, ya que venía de una etapa en mi vida que me fui metiendo en la misión y fue dar y dar, y es verdad que dar y dar llega un momento en que uno ya no tiene que dar y va como perdiendo el sentido y la pasión por lo que hace. Así me encontraba yo en esta última etapa, así que siento que este corte ha sido una gracia y un regalo grande de Dios para conmigo, porque siento que me ha vuelto la vida, el amor y pasión por ser y hacer. Que este mismo gozo que hoy me habita a mi también puedan otros/as gozar y experimentar en sus vida. Hace unos días atrás hablaba con mi acompañante del curso de lo bueno y maravilloso que es vivir en el amor y la fraternidad y cuanto nos cuesta hacer vida en nosotros esto que tanto bien nos hace. Eso es uno de los grandes desafíos que siento hoy en mi vivir bien y ayudar a los que están junto a mí a vivir bien, ser capaces de meternos más adentro donde está realmente la vida que nos impulsa y nos anima a mas, a no quedarnos en lo superficial, monótono, en los desaliento, aprender a mirar hacia dentro donde esta lo más puro, genuino de uno mismo, en esa interioridad que nadie puede llegar sino mas Dios mismo, ahí donde habita con toda su plenitud, y mana el amor, bondad.
Ha sido también un tiempo doloroso porque fue un espacio que me llevó a encontrarme y encontrarnos con nosotras y nosotros mismos, desnudarnos de las apariencias, mascaras, y todo lo que fui cargando con el tiempo por querer ser lo que otros/as esperaban que yo fuera, reconocer mis incoherencias, fragilidades, miedos, necesidades ya que yo nunca necesite nada siempre fui la que estuvo ahí para ayudar, dar a los/as que necesitaban. Descubrirme necesitada ha sido un proceso lindo porque es como volver a sentir, pasar la vida por el corazón como muchas veces nos han dicho y creo que si lo hacemos muchos de nuestros desaciertos estarían solucionados porque creo firmemente que el corazón no miente, porque de verdad todos somos buenos.
Doy gracias a Dios por todo el bien que me ha hecho estos cuatro meses de tiempo de reflexión, animo a que no tengamos miedos a sanar nuestras heridas, a liberarnos de cargas que no nos permiten vivir en plenitud, ser felices como Dios nos soñó a cada uno de nosotros. La humanidad de Jesús es un camino que nos muestra lo pleno que podemos llegar a ser si de verdad aceptamos seguirle y dejarnos llevar de su mano.
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