17 de mayo de 2015

Celebrando 50 Años en Paraguay

El día 12 de abril, segundo domingo de Pascua,  que en tiempos del fundador se llamaba domingo de “Cuasimodo”,  con   evangelio del “Envío”, celebramos este acontecimiento histórico. Después de un tiempo de preparación, desde abril del año pasado, y los diferentes  eventos desarrollados durante el año, se realizó la culminación con la celebración  en Santa Teresita, Chaco.

Llegó el día esperado, con un día lluvioso, a pesar de ello la gente ha llegado decidida a celebrar esta día grande.
La Eucaristía, presidida por Mons. Lucio Alfert, nuestro Obispo del Vicariato, concelebrada con el párroco y otros sacerdotes Oblatos.

                  Las hermanas estábamos muy contentas  y agradeciendo al Señor por la lluvia, que es una bendición especialmente para el Chaco.
                 
                  La fiesta no se suspendió a pesar del barro  y los charcos. Era emocionante ver a las personas llegar algunos empapados, y a los valientes choferes haciendo piruetas en el barro para llegar a destino.


                  En la monición se recorrió un poco lo vivido durante estos 50 años, para agradecer a Dios y a este pueblo que nos acogió. Nuestra celebración fue una Acción de Gracias  porque:

ü  Fuimos llamadas, elegidas y enviadas por Dios Padre a este lugar de su amor
ü  Día a día fortalece nuestro sí y nuestra entrega
ü  Hace surgir y crecer hijos e hijas en esta tierra para vivir el Carisma de P.B.N.
ü  Por el testimonio de amor bondad, generosidad y servicio de tantas hermanas que han pasado por esta misión y parroquia.
ü  Por la acogida de las familias, por su ayuda, testimonio que nos impulsan a seguir adelante.

                  Así hemos expresado los motivos que queríamos celebrar. La liturgia fue muy motivadora y ayudó a vivirla con profundidad.


En la liturgia también estaban presentes algunos ritos indígenas, tales como  la entrada con los atuendos, el canto y danza nivaclé, la presentación de la Palabra con el toque del mimby (flauta) guaraní, y el canto del aleluya y en la celebración del Cuerpo y Sangre de Cristo, con el sonido de los instrumento propios de ellos. 
Mons. Lucio, también en la homilía nos animó y agradeció con nosotras a Dios por las bendiciones recibidas durante estos 50 años. Entre otras cosas decía:

“Respondiendo con generosidad al llamado de Dios, a través del Mons. Lucas la congregación envió a las primeras hermanas para colaborar con valientes y entusiastas misioneras, en esta parte de la Iglesia. Para ser enviadas es necesario creer profundamente en Cristo y su misión, así como lo pide Jesús a Santo Tomas en el evangelio de hoy…y hacerlo como comunidad.”
     
En otro momento nos recordó también lo que el Papa  Francisco nos propone para nuestra vida, en el año de la Vida Consagrada, que tiene como objetivo de nuestra misión:
-          Mirar al pasado con gratitud
-          Vivir el presente con pasión
-          Abrazar el futuro con esperanza


Recordar el pasado, sigue diciendo Mons. Como dice el Papa; “también es una manera de tomar conciencia de cómo se ha vivido el Carisma a través de los tiempos, la creatividad que ha desplegado, las dificultades que ha debido afrontar y cómo fueron superadas. Toca a cada comunidad mirar con un corazón agradecido todo lo vivido en este tiempo.

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