8 de enero de 2013

Bebiendo del mismo pozo



Bebiendo del mismo pozo
Quiero empezar agradeciendo a Solo Dios, por este regalo de participar del 3 al 18 diciembre en el taller: “ Mi compromiso definitivo” y a cada una de mis hermanas de mi congregación que me han regalado este espacio y a las hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús por su acogida cariñosa y cálida.

Me ha ayudado a adentrarme una vez más y con mayor profundidad en mi historia personal allí descubro como él me ha ido modelando con mucho cariño y cercanía dentro del ceno de mi familia en la que fui conociendo por nombre a Jesús, María y José. Espacio donde aprendí a trabajar con otras/os también a querer como hermana, dialogar, reír, soñar, perdonar y a confiar en Dios, así como en las personas. Donde también descubro mis fragilidades y en ellas el amor incondicional de Dios que, ME ama sostiene y anima. Todo esto es la marca con la que viene a la Asociación.

Agradezco a Dios por haberme llamado a seguirle y por la fortaleza que me ha dado para serle fiel en mi Instituto Apostólico de la Sagrada Familia de Burdeos. Si bien es cierto todo este año he seguido trabajando con mucha delicadeza y empeño algunos rasgos históricos (porque  tener historia, da identidad; tener identidad brota  amor y tener amor suscita fidelidad)  de la Asociación y de la vida cotidiana del fundador. Este espacio me ha ayudado a consolidar y ver en mis motivaciones y actitudes aspectos que nos caracterizan como hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos. En el trabajo con los jóvenes mi búsqueda de vivir desde los aspectos que nos unen aunque la misión de cada joven sea distinta, como el coro, catequesis y acciones sociales. Todos seguimos a un Solo Dios y eso es lo que comparto con ellos, me animo y les animo a ser uno como la vid y los sarmientos para vivir y trabajar como hermanos/as (para juntos formar una sola familia, Familia de Dios). En mis alegrías y dificultades siempre voy a contemplar en la oración a la Santísima Trinidad para que me ayuden a vivir la comunión en las distintas situaciones que me toca vivir.

 En el trabajo, en la casa hogar siendo “esa flor al borde del sendero”, compartiendo alegría, esperanza y sueños, creando lazos de familiaridad con aquellos que nuestra sociedad no cree que pueden ser independientes, capaces de elegir, de ofrecer alegría y acogida a todo aquel que viene sin distinción. El motor que me mueve a vivir de esta manera es el Espíritu de Familia, que animó a las Primeras Comunidades Cristianas que no tenían más que un Solo Corazón, cuidando y compartiendo la vida con otros/as. Porque en esta experiencia descubro. La maravilla que se puede hacer cuando encontramos lo que nos une ( aun en nuestras diferencias) y cuando nos ponemos bajo la protección de la Santísima Trinidad. Descubro en mi compromiso con la Pastoral Vocacional que amo mi Asociación y por eso deseo que otras/os vengan a vivir desde nuestra espiritualidad su seguimiento a Jesús al estilo de Jesús, María y José. Esta misión también me ha ayudado a renovar mis raíces como hermana de la Sagrada Familia de Burdeos, porque al preparar los temas, los talleres desde nuestra espiritualidad me cuestiona, me fortalece y me envía a vivir. Estos días resuena en mi corazón, en mi mente lo humano que fue Pedro Bienvenido, nuestro fundador, que observaba, valoraba y potenciaba los dones de nuestras hermanas, con una delicadeza, cariño y firmeza admirable, centrado en Solo Dios. Esto resuena en mí porque buscaba luces para reveer un informe que he elaborado y siento mucha alegría de haber hallado la forma de cómo mirar, sentir y elaborar desde Dios Familia que nos ama incondicionalmente.

En la vida Comunitaria, busco la unidad ofreciendo mi cariño: (en los quehaceres cotidianos así como) en mi escucha, dando propuestas, escuchando, en los detalles, perdonando y pidiendo perdón cuando me dejo llevar por el mal espíritu. Estoy contenta por cada una de las hermanas de mi comunidad, por compartir conmigo lo que cada una de ellas son y por quererme. En mi vida comunitaria siempre resonaba en mi corazón y mi mente. Solo Dios Basta, Busca lo que une, la comunión es posible, ve con frecuencia a Nazaret, confía en la divina providencia.

Este espacio también me ha ayudado a ser conciente que mi Si, es mucho más real porque, conozco desde mi experiencia la gran dicha de vivir en comunidad, sus grandes desafíos  que implica seguir a Jesús y después de todo Solo Dios basta. Por eso con mucha alegría y experiencias que llevo en mi corazón y en mi piel, te digo Señor. Si quiero seguirte porque estoy segura que estas caminando conmigo como lo estuviste desde que inicié este camino y porque jamás dejas a tus hijas/os. SEÑOR NO ABANDONES LA OBRA DE TUS MANOS, LLEVAME A BUEN FIN.  O UNA COSA LE PIDO AL SEÑOR HABITAR EN TU CASA TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA.

Gracias a todas/os por este espacio.



                                                                                                                         Cenina Abarca Osorio.

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