enriqueciéndonos de la transmisión, afirmábamos nuevamente que la Sagrada Familia sigue siendo un Don para este mundo tan necesitado de amor, respeto y comunión.
Como miembros de esta Familia, nos sentimos cuestionadas/os tocando cosas de nuestro cotidiano vivir. Una de las llamadas que resonaron más en nosotros fue ver como podemos accionar y hacernos más visibles en las cinco vocaciones.
Buscar la manera de ir concretizando en nuestros diferentes contextos. Fomentar la misión conjunta por lo menos en ciertos tiempos fuertes, la formación común como miembros de una misma familia que vive una única espiritualidad aunque de manera diferente.
Descubrir el Don que somos cada un@ para ofrecerlo a los demás, reconociéndome en mi esencia y constatar que en primer lugar soy Bendición original de Dios.
Queda mucho camino por andar; seguir reflexionando sobre la visión emergente y vivenciándolo de acuerdo a nuestras posibilidades.
Estas experiencias de encuentro de Familia valen la pena realizar y ojalá que todos tengamos la oportunidad de experimentarlo en algún momento de nuestra vida. ¡Vale la pena! y como decía nuestro Buen Padre: ¡Sigamos Adelante!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario