Vivir el Presente
de la Vida Consagrada en actitud
despierta y apasionada que nos ayuden a ampliar la mirada.
Tres
llaves hacia el presente:
-
La atención de lo que piensas
-
La percepción de lo que sientes
-
Y la conciencia de lo que hacemos.
Estamos invitadas a
vivir este presente con pasión, que para nosotras tiene como símbolo el fuego.
“Una
mujer, un hombre apasionada/o es una mujer, Un hombre despierta/o”
Tres actitudes a
vivir:
-
Una mirada de fe
-
Una mirada esperanzada
-
Una mirada amorosa.
En cuanto al Futuro nos lo presento de la siguiente
manera: “Un mañana nuevo ¿Qué vemos en el horizonte?....
La esperanza se
levanta de la realidad, pero con la certeza en el Señor, que nos dice: “no
tengan miedo…..”
Examinemos los
horizontes de la vida y el momento presente en vigilante vela”.
Como tendría que ser
la persona del religiosa/o:
-
Mujeres y hombres de Dios. Tener a Dios en el
centro de nuestras vidas. Profunda conciencia de pertenecer a Dios. Tener fe,
la fe nos estructura desde adentro. La Misión es ayudar a otras/os a entrar en
Dios.
-
Amar la Oración, buscándola y disfrutándola.
-
Saber esperar y relajarse….
-
Difundir paz y derramar alegría, personas
armoniosas y apasionadas, sencillas, no dispersas.
-
No le
tienen miedo al sufrimiento, ni a la muerte.
-
Mirada profunda y oído agudo.
-
Absolutamente misericordiosas/os.
-
Haber integrado cuerpo y sexualidad.
-
Haber superado una mentalidad mágica.
-
Se entrenan para abandonarse.
-
Ser madres o padres responsables….
Por último nos habló de las condiciones de
posibilidades para que nuevas vocaciones crezcan:
-
Es importante que las comunidades miren hacia
el futuro, que garanticen los derechos humanos, que sean inclusivas, que
valoren las diferencias y tolerantes.
-
Deben tener una mística que entusiasme, que
arrastre, y estar muy abiertas.
-
Dispuestas a transformarse en Familias
Espirituales, recordando siempre que atraen por contagio y no por proselitismo.
Cada paso que íbamos
dando era trabajado y reflexionados en grupos por años de votos, donde se
compartían las experiencias de vida, búsquedas sinceras y profundas, intentando
descubrir esos signos de Dios que marcan las vidas de nuestro pueblo y de
nuestras comunidades.
Para esta ocasión
también se dedicó una tarde para hacer juntas/os una misión a un barrio
cercano. Al final del día en una bella Eucaristía se compartió esta rica
experiencia, constatando la fuerza y la alegría que nos trae el encuentro con
los otros, el deseo latente en nuestros corazones para que Jesús y su Evangelio,
sea conocido y amado por nuestros hermanos.
Adela Fernandez
Resistencia-Chaco
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