22 de diciembre de 2013

EL PAPA - UN JESUITA



Los femicidios, (terminología nueva para agregar al diccionario) tratas de personas, violencias familiares, niños abandonados, secuestros, narcotraficantes, corrupción generalizada, agresiones en los colegios, trabajos, homicidios, son solo algunas formas tipificadas del delito que ilustra la involución de nuestra sociedad, en la que casi siempre están involucrados diferentes pero conocidos actores políticos, sociales, policiales, judiciales, religiosos.


Estas situaciones van tejiendo un invisible tejido social, con código propio y que hace permeable a la burla de toda de todas medidas tradicionales de prevención y nos obligan a plantearnos otras que transformen este estado de conflictos permanente, donde la idea del “gane o pierda” rompe la armonía de la comunicación y la escucha se ve avasallada por una medición de fuerza irracional en búsqueda de un resultado egoísta.

Creo, que hay que recuperar la comunicación perdida y se torna indispensable y urgente crear nueva formas y técnicas para restablecerla, ¡NO!, como la escuela de mediación de Harvard, que solo busca cerrar un resultado sin importar costo, sino aquella que “una”, en lugar de dividir, “comparta” en lugar de ganar y sobre todo que los actores que los coordinen lleven en su corazón el auxilio de la esperanza, fe, caridad y amor, para que en lugar del castigar, del deber ser impuesto coactivamente, transforme voluntariamente el corazón del hombre para vivir la hermosa realidad que soñó PEDRO BIENVENIDO: SER UNA UNICA FAMILIA.

Mario Roberto Bareiro - Asociado- Posadas



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