El regalo más grande fue la Eucaristía preparada con mucho amor por las hermanas de la comunidad de Quitilipi, llena de signos y símbolo que hacen a la vida e invitan a darla y compartirla.
Quiero agradecer de corazón, a toda la Familia de Pedro Bienvenido: hermanas, asociados, amigas y amigos presentes y a los que enviaron sus mensajes de adhesión, ayudándome a dar gracias a Dios por todo lo que ha ido realizando en mi vida y por lo que aún realizará.
Gracias a cada una/o por venir, gracias por lo que en mi contacto con cada una/o recibí y aprendí. Gracias por permitirme experimentar y sentir que me hacían parte de sus familias. Gracias por su acogida, por su amistad y por la confianza al compartir la Fe y la Vida.
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