En estos últimos tiempos,
en nuestra zona se están registrando en
muchos lugares tormentas…a veces con torrenciales lluvias, otras con
granizaos, o solo viento. Una comunidad de nuestra parroquia, Potrero Yvate, ha vivido el susto mas grande de su vida,,,
Un temporal que apenas duró alrededor de 30 minutos azotó cruelmente la zona
dejando muchas casas destruidas a su paso. La tormenta llevó el techo de varias
casas, y algunas hasta las paredes,
arrancó árboles enormes tumbándoles
por el suelo…. (Tinglado Comunitario – de Potreo Ybate)
Fue una experiencia terrible para esa gente.
Fuimos a ver y
escuchar a la gente en esta situación tan dolorosa….se conmovió nuestro corazón
al ver esa realidad, y escuchar a esa
gente sencilla cómo agradecía a Dios por haberles conservado la vida. Una
señora nos dijo: “Dios nos ama mucho, porque amanecimos todos con vida aunque
nuestra casa haya caído... Es un
milagro, hermana; porque no se me ha muerto ni un pollito, ni se han caído ni
una fruta de tomate de mi pequeña huerta” Él nos cuida…y agradecía una y otra
vez a Dios por haberles preservado la vida” Un coordinador de capilla comentaba
a su gente: “Oñeñandukánteko ñandeve Ñandejára, Ñañemomombyrýgui, chugui ñaína”
(Dios nos esta avisando, haciéndose sentir….porque nos vamos alejando demasiado
de Él) Esta reflexión tan practica y sensata
lo ha utilizado para recordar que Dios ha de ocupar el primer lugar en
cada corazón y en cada hogar. Se ha demostrado una gran solidaridad ya que la
población se ha puesta en campaña para
dar su granito de arena a esos hermanos
en desgracia…
Otro caso que nos impresionó
fue el incendio de la casa de una familia
muy pobre también en esos días; como se había cortado la electricidad, los niños se levantaron temprano para ir en la escuela y encendieron
una vela para prepararse pero con tan
mala suerte, la vela cayó y en fracción
de segundos, todo empezó a arder sin dar tiempo a salvar algunas cositas
siquiera. Los vecinos se unieron
intentando apagar las llamas, pero fue
imposible a pesar de los esfuerzos.
La misma solidaridad se tuvo con esa familia, uno de los
miembros es la coordinadora de la capilla de su barrio, “San José” y tesorera de su curso y tanto sintió que toda
la platita que venían ahorrando con sus compañeros para su graduación y bajo
sacrificios de pequeñas actividades fueron juntando, también se les quemó
íntegramente. Ahora tendrán que empezar de nuevo.
En la asamblea de
familia (Sagrada Familia) compartimos
esta situación y entre asociados y Hermanas, se hizo una colecta para enviar a
Agustina y a su familia, (Agustina es la coordinadora de su capilla) y
nosotras nos encargamos de llevarlos.
Concluyendo podemos decir que aún en
medio de sufrimientos podemos palpar
la fe grande de la gente sencilla que sigue creyendo, amando y
respetando al Dios de la Vida. Y eso vale la pena dar a conocer a los demás.
Comunidad de 25 de Diciembre- San
Pedro- Sur
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