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Bebiendo del mismo pozo
Quiero empezar agradeciendo a Solo
Dios, por este regalo de participar del 3 al 18 diciembre en el taller: “ Mi
compromiso definitivo” y a cada una de mis hermanas de mi congregación que me
han regalado este espacio y a las hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de
Jesús por su acogida cariñosa y cálida.
Me ha ayudado a adentrarme una vez más
y con mayor profundidad en mi historia personal allí descubro como él me ha ido
modelando con mucho cariño y cercanía dentro del ceno de mi familia en la que
fui conociendo por nombre a Jesús, María y José. Espacio donde aprendí a
trabajar con otras/os también a querer como hermana, dialogar, reír, soñar,
perdonar y a confiar en Dios, así como en las personas. Donde también descubro
mis fragilidades y en ellas el amor incondicional de Dios que, ME ama sostiene
y anima. Todo esto es la marca con la que viene a la Asociación.
Agradezco
a Dios por haberme llamado a seguirle y por la fortaleza que me ha dado para
serle fiel en mi Instituto Apostólico de la Sagrada Familia de Burdeos. Si bien
es cierto todo este año he seguido trabajando con mucha delicadeza y empeño
algunos rasgos históricos (porque tener
historia, da identidad; tener identidad brota
amor y tener amor suscita fidelidad)
de la Asociación y de la vida cotidiana del fundador. Este espacio me ha
ayudado a consolidar y ver en mis motivaciones y actitudes aspectos que nos
caracterizan como hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos. En el trabajo con
los jóvenes mi búsqueda de vivir desde los aspectos que nos unen aunque la
misión de cada joven sea distinta, como el coro, catequesis y acciones
sociales. Todos seguimos a un Solo Dios y eso es lo que comparto con ellos, me
animo y les animo a ser uno como la vid y los sarmientos para vivir y trabajar
como hermanos/as (para juntos formar una sola familia, Familia de Dios). En mis
alegrías y dificultades siempre voy a contemplar en la oración a la Santísima
Trinidad para que me ayuden a vivir la comunión en las distintas situaciones
que me toca vivir.
En el trabajo, en la casa hogar siendo “esa
flor al borde del sendero”, compartiendo alegría, esperanza y sueños, creando
lazos de familiaridad con aquellos que nuestra sociedad no cree que pueden ser
independientes, capaces de elegir, de ofrecer alegría y acogida a todo aquel
que viene sin distinción. El motor que me mueve a vivir de esta manera es el
Espíritu de Familia, que animó a las Primeras Comunidades Cristianas que no
tenían más que un Solo Corazón, cuidando y compartiendo la vida con otros/as.
Porque en esta experiencia descubro. La maravilla que se puede hacer cuando
encontramos lo que nos une ( aun en nuestras diferencias) y cuando nos ponemos
bajo la protección de la Santísima Trinidad. Descubro en mi compromiso con la
Pastoral Vocacional que amo mi Asociación y por eso deseo que otras/os vengan a
vivir desde nuestra espiritualidad su seguimiento a Jesús al estilo de Jesús,
María y José. Esta misión también me ha ayudado a renovar mis raíces como
hermana de la Sagrada Familia de Burdeos, porque al preparar los temas, los
talleres desde nuestra espiritualidad me cuestiona, me fortalece y me envía a
vivir. Estos días resuena en mi corazón, en mi mente lo humano que fue Pedro
Bienvenido, nuestro fundador, que observaba, valoraba y potenciaba los dones de
nuestras hermanas, con una delicadeza, cariño y firmeza admirable, centrado en
Solo Dios. Esto resuena en mí porque buscaba luces para reveer un informe que
he elaborado y siento mucha alegría de haber hallado la forma de cómo mirar,
sentir y elaborar desde Dios Familia que nos ama incondicionalmente.
En la vida Comunitaria, busco la
unidad ofreciendo mi cariño: (en los quehaceres cotidianos así como) en mi
escucha, dando propuestas, escuchando, en los detalles, perdonando y pidiendo
perdón cuando me dejo llevar por el mal espíritu. Estoy contenta por cada una
de las hermanas de mi comunidad, por compartir conmigo lo que cada una de ellas
son y por quererme. En mi vida comunitaria siempre resonaba en mi corazón y mi
mente. Solo Dios Basta, Busca lo que une, la comunión es posible, ve con
frecuencia a Nazaret, confía en la divina providencia.
Este espacio también me ha ayudado a
ser conciente que mi Si, es mucho más real porque, conozco desde mi experiencia
la gran dicha de vivir en comunidad, sus grandes desafíos que implica seguir a Jesús y después de todo
Solo Dios basta. Por eso con mucha alegría y experiencias que llevo en mi
corazón y en mi piel, te digo Señor. Si quiero seguirte porque estoy segura que
estas caminando conmigo como lo estuviste desde que inicié este camino y porque
jamás dejas a tus hijas/os. SEÑOR NO ABANDONES LA OBRA DE TUS MANOS, LLEVAME A
BUEN FIN. O UNA COSA LE PIDO AL SEÑOR
HABITAR EN TU CASA TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA.
Gracias
a todas/os por este espacio.
Cenina Abarca
Osorio.
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