COMO EL BARRO EN MANOS DEL ALFARERO...
Antes de compartir y describir uno de
los mejores momentos de mi vida, quisiera darle mis más cordiales saludos a
toda la familia de Pedro Bienvenido Noalles
y agradecer por el espacio que me
brindan y así poder expresar mi alegría.
Les deseo compartir en ésta
oportunidad, un día muy especial para mí y que siempre lo tendré muy presente
como unos de los recuerdos imposibles de olvidar. El jueves 1 de noviembre, las
hermanas apostólicas me dieron la bienvenida a una nueva etapa de mi vida, como
postulante dentro de la rama de las apostólicas. Con una misa muy especial y
familiar en la cual tuve la alegría de compartir con mi madre ese gran momento.
Y agradezco al señor por cada gesto de cariño que me regala y lo veo reflejado
en cada uno de mis hermanos y hermanas en Cristo.
Cómo no acordarme que ese día también
la iglesia estaba de fiesta, ya que fue el día de todos los santos y es donde
tenemos que recordar, que todos estamos llamados a la santidad. En particular
quisiera traer a la mente a uno muy
especial para mí que es mi Padre. Un primero de noviembre él volvió a nacer en
el cielo junto a éste DIOS amoroso y misericordioso.
Así que ya se imaginarán tantos
sentimientos y emociones involucrados me inundaba en mi corazón, pero
principalmente muy unidad a este ser que me seduce y me llama constantemente y
en la cual deseo responderle desde el fondo de mi corazón.
Una de las frases que rumiaba en mi
ser y que lo puse como título de éste artículo: “como el barro en manos del
alfarero, así eres tú en mi mano”. Esta frase describe cómo es que me siento
y me voy dejando amoldar por él, como una obra en manos de éste gran
alfarero que dentro de mi libertad, el me va dando forma con mucha ternura y
amor.
Las hermanas me permitieron escoger
las lecturas y algunos cantos que me siento muy identificado como son: el salmo
139(señor tu me sondeas y examinas), la samaritana y la respuesta de jeremías.
Estas lecturas me han acompañado en todo este tiempo de discernimiento y así
poder saber ¡QUÉ QUIERE EL SEÑOR DE MI!
Por otro lado, también quisiera
mencionar un canto muy especial para mí y que me acompañó desde la infancia y
es como un símbolo entre mi madre y YO. Se llama “Pescador De Hombres “cada vez
que escucho la canción me recuerda cuando tenía 5 años y le encontraba a mi
madre reposando en el dormitorio
cantando. Yo siempre le pedía esa canción y mientras ella me cantaba yo me
imaginaba estar en esa escena que va describiendo el canto. En la misa cuando
lo cantaban ella me miró con tanta alegría y me dijo ¡Nuestra
canción!...realmente me emocione y me sentí en familia. Y como dicen…DE LA MISA
A LA MESA…se compartió un pequeño lonche.
Es algo pequeño que quisiera compartir
con todos ustedes y antes de terminar quisiera agradecer a mis queridas
hermanas apostólicas, por demostrarme tantos gestos y detalles de cariño para
conmigo y que siempre quedará grabado en
mi corazón y a ustedes mi familia, por
seguir apostando por el carisma y la búsqueda de formar una sola familia
que por medio de un sueño DIOS revelo a nuestro buen padre y en la cual él
siempre quiso responder a ésta invitación.
Tan solo ruego al señor que me siga
dando fuerzas e iluminando en mi camino para así poder seguir respondiendo a su
llamada. y espero contar con sus oración
QUE EL SEÑOR DE LA VIDA LOS BENDIGA
HOY Y SIEMPRE…Gracias
Mary
Esther Segura Mori
(Comas-Perú)
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