5 de septiembre de 2010

HERMANAS CONTEMPLATIVAS

150 AÑOS DESDE LA FUNDACIÓN DE LAS HERMANAS CONTEMPLATIVAS DE LA SAGRADA FAMILA

1859 – 2009. 150 años de vida entregada, día tras día. Historia donde “ Dios escribe derecho en líneas torcidas”. Obra divina y humana

Misión y tarea. Historia de una colaboración que las Hermanas Contemplativas de la Sagrada Familia, las “últimas nacidas” en la Familia espiritual de Pedro Bienvenido Noailles, “hacen memoria” y dan gracias al Señor por su OBRA a lo largo de este siglo y medio.


Un poco de historia

Pedro Bienvenido Noailles llevaba en su corazón el proyecto de “una Obra exclusivamente dedicada a la contemplación”, mucho antes de su fundación oficial. Ya el 18 de enero de 1839, la Madre Chantal Machet le anima en esta fundación y escribe al Buen Padre: “Funde la primera casa de Solitarias de la Sagrada Familia, y verá lo que Dios hará por las demás obras”. Pero P.B. Noailles ha debido “esperar la hora de Dios”.

Es interesante notar que la Madre Machet habla de la “primera casa”, lo que supone que habrá “otras”. En efecto el Buen Padre, escribiendo las Reglas de las Hermanas Contemplativas, les ve viviendo en varios Monasterios. Por múltiples razones, durante más de un siglo no hubo más que una sola casa de Hermanas Contemplativas. Este único Monasterio en Francia ha conocido diferentes sitios: La Solitude 1859 – 1861: Saint Pierre (Talence) 1861 – 1920: Sainte Hélène 1920 – 1966: La Solitude 1966 hasta el día de hoy.

Pero a partir de 1970, en fidelidad al Decreto del Concilio Vaticano II sobre la Renovación de la Vida Religiosa, en Bélgica, España y Canadá, hermanas que deseaban la vida contemplativa, se reagruparon en comunidades que podemos llamarlas “de discernimiento”. En 1973 la misma perspectiva se vive en Sri Lanka y en Lesotho en 1975. El primer Capítulo para las Hermanas Contemplativas tuvo lugar en Roma en 1980. En 1986, después de una reflexión sobre las diferentes experiencias vividas por las comunidades, llegamos a un camino más claro, firme y favorable, tanto por las Hermanas Contemplativas que por las Hermanas Apostólicas: el Instituto Religioso de la Sagrada Familia con dos vocaciones iguales, complementarias y solidarias, cada una con su “autonomía propia”, y su fuente común, es decir: un mismo espíritu, una misma misión, una misma Superiora General, un gobierno propio, el Consejo General por las Hermanas Apostólicas, una Vicaria Contemplativa, miembro del Consejo General Responsable de las Hermanas Contemplativas y un Consejo vicarial. En este momento, el Vicariato, que es como una “Red” para las Hermanas Contemplativas, está presente en Europa, Francia (La Solitude) y España (Oteiza): en Asia, Sri Lanka (Nagoda) con Hermanas cingaleses, tamiles e de India: en América Latina, Argentina (Posadas) con 7 Hermanas de 5 nacionalidades diferentes.

Hacemos memoria

Hacer memoria es recordar un acontecimiento y actualizar su realidad en el día de hoy, manteniéndonos en la misma dinámica de su comienzo y con el deseo de responder en fidelidad a lo que el Señor quiere de nosotras, Hermanas Contemplativas, en el corazón de la Familia del Buen Padre. Se trata de buscar a Solo Dios en el silencio y la soledad, de una vida en la Iglesia y por la Iglesia, con su misión de adoración y de intercesión por el mundo.

Celebramos la Fidelidad de Dios

El Salmista dice: “Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila el centinela.” A lo largo de su historia, lo que habitaba la vida de nuestras Hermanas era la confianza total en la llamada del Señor, la fe en esta vida contemplativa Sagrada Familia. En el secreto de nuestro corazón, cada una y juntas, somos seguras de cumplir la voluntad de Dios. En “el corazón” de nuestra vida hay la oración continua, la adoración, la acción de gracias por la Bendición milagrosa, la intercesión por toda la Familia y por el mundo, el deseo de compartir la propia vida, guardando la clausura indispensable por una vida de silencio y soledad, a imagen de Nazaret.

150 Años desde la Fundación y 15 Años de presencia en América Latina
Nuestra comunidad es el fruto de la vida entregada a lo largo de estos 150 Años: vida de las Hermanas que nos han precedido, vida entregada en el humilde cotidiano.

Hoy como ayer, Dios nos acompaña y nos guía. Agradecemos a Dios por su Presencia siempre fiel, con la esperanza que Él llevará a buen término lo que ha empezado. Nuestra realidad está hecha de pobreza, fragilidad, debilidad sobre un fondo de vitalidad, y al mismo tiempo tenemos el gran deseo de “escoger la vida” en vista del bien común del Vicariato, deseando que repercute en la vida de la Iglesia y del mundo.

Es todo esto que queremos celebrar este 6 de Septiembre con la presencia de nuestro Padre Obispo Monseñor Juan Rubén Martinez, con la presencia igualmente de los miembros de la Familia, de nuestros amigos y vecinos.

De todo corazón agradecemos al Señor y a todos por su cercanía, su apoyo. Juntas queremos “Seguir adelante” día tras día y hasta el final por la Gloria de Solo Dios y la salvación de nuestros hermanos.


La vida contemplativa
no puede dejar
de ser misionera y la vida misionera


no puede dejar de ser
contemplativa.
Sólo Dios Es su fortaleza.

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