“Jesús, María y José escuchan a Dios que hablan a su corazón y oyen las maravillas que han realizado en su pueblo. Se mantienen en constante unión con El y conforman con su voluntad todas sus acciones. Desde Nazaret se eleva hacia el Señor una oración continua” Constituciones Nº 28
Con Patricia fuimos a Brasil en el mes de enero, invitadas a compartir la vida con las Hermanas y aprovechar para aprender la lengua portuguesa, llegamos en un momento social de mucho dolor ya que las lluvias habían provocado muchas muertes, desapariciones y daños materiales. Nuestras casas estaban lejos de estos escenarios, pero no el corazón, como tampoco el corazón de la gente. La solidaridad y el compromiso de ayuda fueron expresados de muchas maneras. Los días que pasé por Brasil me dejó “sabor a Nazaret”.
Estar con las Hermanas, compartir con ellas, sus ritmos comunitarios, sus apostolados, su lengua, la situación social del momento. Fue un impulso para el alma. Porque a veces una siente que no puede, que no tiene fuerzas y es ahí cuando caemos en la cuenta que sin Dios no podemos lograr nada. Vi comunidades llenas de esperanza, de vida, hermanas que paso a paso alcanzaron pequeñas pero grandes victorias manteniéndose fieles a su ideal, colaborando para que el Carisma se extienda por esas tierras tan amadas por nuestro Padre Dios.
Les doy las gracias por la acogida a todas: Vanda, Iraci, Luiza, Elza, Aurea, Geni, Lucia, Margarida, Elisa, Rosa, Concesa, Fátima, Silvia Elena y Luciana.
“ Uma longa viagem comença com um único passo” obrigada por tudo.
Ana María Alvarez
(San Isidro. Argentina)
(San Isidro. Argentina)
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