EDITORIAL

Vivir en espera del que viene es el sentido del Adviento. La llegada del esperado, se activa y se despierta cuando se aguarda con el corazón porque está viniendo.
La espera, también busca como acelerar la llegada, limpia la mirada para ver mejor, purifica el corazón, para encontrarse con el Esperado.
El Adviento no es espera de “algo” sino de “Alguien”, lo que nosotros esperamos puede ser muy variado, pero hay algo que sabiéndolo o no, siempre buscamos: paz, vida, libertad, alegría, una vida que sea plena, feliz y a su vez en medio de tantas esperas, desilusiones, frustraciones, aún sin conseguir lo que esperamos y ansiamos, sentimos en nuestro interior el impulso a seguir esperando, es un impulso que el Espíritu de Dios hace brotar en el ser humano.