“Crecer significa cambiar, y cambiar implica riesgos,pasar de lo conocido a lo desconocido.” Anónimo
Esta frase resume hoy mi experiencia, en Perú. Sí, he corrido el riesgo de salir de lo conocido y abandonarme en lo desconocido para que durante estos nueve meses pueda de verdad crecer, crecer…
Así pues, he venido a esta “tierra prometida”, asumiendo algunos cambios: de comunidad, pastoral, ciudad… y muchas otras cosas más que tuve que dejar, cambiar.
Al principio cuando surgió la idea de venir al Perú, me pareció una locura, y dije NO yo no puedo ir…Había encontrado tantos NO, pero cuando el tiempo fue pasando y fui dejando que Dios hable en mi vida los “NO” comenzaron a desaparecer y comencé a ver la posibilidad como una gracia, y empecé a sentir que me estaba negando a una sorpresa que Dios quería ofrecerme. Era momento de correr riesgo y salir al encuentro de ella.
Y aquí estoy, descubriéndola poco a poco, paso a paso. Dejando que el aire nuevo, la vida cotidiana, el curso… me vaya regalando la gracia.
Al llegar aquí, en el mural de mi cuarto puse la siguiente frase: “Un año para mí”. Y eso es lo que estoy intentando vivir, especialmente desde el curso. Este es bastante fuerte, está muy bien organizado, las materias son interesantes, con profesores muy buenos y un grupo de compañeros de diferentes países, congregaciones y edades con los he creado lazos de cercanía, cariño, amistad.
Algunas materias son: realidad económica latinoamericana, psicología de la personalidad, vida comunitaria, acompañamiento y consejería, introducción bíblica, PRH, comunidad de vida, cultura, liderazgo y resolución de conflictos… los martes y jueves después de almorzar jugamos vóley, otras veces nos alegramos con algún baile, así los días pasan rápidamente, como en los carros “ sube, sube , baja ,baja…”
Hay materias que llegan mucho y muy profundamente al ser, lo íntimo, la fe y surgen en mí cuestionamientos, conflictos, luchas, me invitan a romper barreras, estructuras, a pensar una nueva forma de relacionarme conmigo misma, con los demás, con Dios, con la creación… tengo para ello dirección espiritual, acompañamiento psicológico y retiro cada mes.
En la comunidad somos 5 hermanas, y aunque a veces me he sentido muy diferente, nunca me han hecho sentir como tal, estoy muy contenta y lo que más me gusta es que cuando estamos juntas compartimos, charlamos y sobretodo nos reímos un montón. Yo estoy aprendiendo a hablar y cocinar en peruano y ellas en argentino.
Así este “año para mí”, es un regalo del Dios de la vida que abro día a día.
Graciela Barrios
Comunidad de Condevilla - Perú
Comunidad de Condevilla - Perú
Querida Gachi me alegro con vos, soy testigo de tus dudas para emprender esta hermosa experiencia que has tenido;sabía que esto te pasaría por que sos muy responsable y sabia que lo hibas a aprovechar al maximo...Demos gracias a Dios por su infinita paciencia y siempre sale a nuestro encuentro. Te esperamos con los brazos y el corazón abierto por que sos un regalo de Dios para ser compartido...con cariño fraterno Hilda
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