9 de diciembre de 2010

CELEBRANDO LA INDEPENDENCIA

En muchos de nuestros países de América
Latina, estamos celebrando el “Bicentenario de la Independencia” es algo muy hermoso y lindo, ve r la preparación y celebración de los festejos, el recordar nuestra historia, y afirmar nuestra identidad, dar gracias de todo lo positivo vivido y no volver a los errores a veces muy grandes cometidos en el ayer… ninguna de nosotras fuimos gestoras de aquellos momentos, pero sí todas los llevamos dentro, como parte de una historia que nos determina, y que solo en la acogida, el aprendizaje y la gratitud, nos irá haciendo verdaderamente madurar en nuestra libertad e identidad.

Pero, ¿Quién al recordar la independencia, si se traduce por libertad, puede decir que es en verdad libre?. Todas sabemos que no es fácil ser libres, ni como personas, y menos aún como Naciones. Si bien pensamos, ¿Dios nos hizo en verdad libres? O seres interrelacionados, interdependientes, solidarios, fraternos, en COMUNION?

Creemos que ambas cosas son verdades que se complementan y cada una de nosotras estamos llamadas a vivirlas, y tenemos la responsabilidad de hacerlas posibles.

Amar nuestras raíces, nuestra identidad profundamente, es lo que mas nos puede ayudar a ser ciudadanas abiertas a todas/os los seres, de la inmensa y bella creación.
En el respeto sagrado a la diversidad de culturas, idiomas, e historias, lo que más me gustaría celebrar al llegar a este bicentenario de la Independencia, es ver a una América Latina, UNIDA, comunidad de comunidades, verdaderamente libre y en pie, en búsqueda Sincera, de que sus inmensas riquezas naturales y humanas, lleguen a todos los habitantes de estas hermosas y fecundas tierras…

Me gustaría celebrar que vaya desapareciendo ya, la inmensa brecha, entre unos ciudadanos tan sumamente ricos, a costa de otros tan empobrecidos, sabemos que hay riqueza para todos, se puede hacer mejor el reparto, esta es nuestra pesadilla y dolor ante estas celebraciones, pues seguimos esclavos de la corrupción e impunidad, de la falta de justicia y legalidad, con razón
“algunos” dicen” no tenemos nada que celebrar, muchos siguen, no solo igual, sino peor, para vergüenza de todos nosotros/as.

Ante los esfuerzos de algunos, por cambiar las cosas, nuestros egoísmos nos esclavizan y nos falta el coraje de los profetas, el amor de los santos, el valor de los verdaderos líderes, para acompañar el susurro de la gente, de los que sufren en silencio, el dolor y el grito del pueblo sencillo, que sigue oprimido por la pobreza injusta; la libertad, la dignidad es de TODOS, todos la merecemos, así como la llamada a la COMUNION, no seremos en verdad libres, hasta que no lo seamos todos, como hijos de Dios y hermanos, por eso en medio de las celebraciones de nuestra INDEPENDENCIA NACIONAL, queda un deje de dolor y esperanza, como llamada a seguir conquistando la libertad, en la solidaridad de la unión, como madurez de pueblos libres, solidarios y UNIDOS.
Amelia Fernández García
Paraguay

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