7 de febrero de 2010

La belleza de nuestra Vida Religiosa


Durante una reunión de CONFAR, un Religioso dijo esta frase: “La Vida Religiosa es útil porque es bella y no al revés”... Sentí, que esta frase, tocó hondo y la seguí rumiando.

¿Es bella nuestra Vida Religiosa? Nos ocupamos de hacerla bella? O mas bien de hacerla útil? Dónde está la belleza de nuestra Vida Religiosa?

Muchas veces me siento agobiada por los trabajos a los que hay que responder. En otras ocasiones, los conflictos relacionales y la dificultad para superarlos, me quitan la alegría y mi fecundidad decrece. En ninguna de esas situaciones, siento que la Vida Religiosa es precisamente bella.

Y me pregunto ¿qué me falta en esos días?

En general, descubro que el agobio, no me deja espacios para entrar en lo hondo y escuchar al espíritu de vida que me habla. El cansancio me dificulta mirar a mi hermana con corazón de hermana y así entenderla antes que juzgarla. El vivir desconectada del centro no me permite integrar, en paz y serenidad, las cuotas de dolor y de frustración propios de esta vida. La preocupación por el futuro me impide gozar del presente y sacar todos los frutos que ya tengo en mis manos.

De este breve análisis de mi propia experiencia concluyo que lo que hace bella nuestra Vida Religiosa:

* Es la oración que me conecta con el Todo y desde Él acoger en paz lo que la vida me regala, sea del color que sea.

* Sentirme parte de un todo, sea esta mi comunidad, el Instituto, mi país, el universo... con la conciencia de que mi responsabilidad es de ser parte y responder como parte y no como todo, aunque esa presencia, responsable o no, afecta al todo, para la vida o para la muerte.

* La Vida Religiosa es bella porque no estamos solas sino que somos cuerpo, que caminamos juntas/os y así las luces se comparten y nos apoyamos y nos jugamos por el Reino, junto a otros que están en las mismas búsquedas.

* Es bella, porque viviendo en serenidad y alegría, a la vez que comprometidas con la vida amenazada, estamos ayudando a descubrir que el proyecto de Dios es de vida para todos/as y para todo.

* La Vida Religiosa es bella, porque tenemos en nuestras manos permanentes herramientas que nos ayudan a vivir una dimensión esencial del ser humano: la alteridad, la donación, la apertura al amor oblativo, que nos hace crecer tanto como el muñeco de sal que se introduce en el mar…

* Diálogo; escucha; tiempos gratuitos; energías entregadas; vidas “inútiles para el sistema” acogidas con el mas profundo respeto, cariño y cuidado; perdón recibido y dado; manifestaciones de ternura que brotan sin pensar… son signos de una Vida Religiosa que sirve, que es útil porque es profundamente bella y por bella, atractiva para otros.
Sigo pensando, sigo soñando, con la certeza que expresa este poema de José María Pemán:

“Y es que el que siembra este suelo de rosales,
de poesía, de esperanzas y alegrías,
de fortaleza y de consuelo...
y al que da a sus hermanos cariño,
consejos sanos y palabras bondadosas...
le queda siempre entre las manos
algún perfume de rosas”.
(Tomado de Cáritas. Rafael Prieto)

Que sigamos gozando de ese perfume.

Tere Beck
Comunidad de Resistencia - Argentina

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